Ya sabía yo que era el momento de nuestra misión, como le llamaban mis amigos, pero no pude aguantarme y me hice tres carreras en un pasillo larguísimo lleno de trastos con dos niñas muy simpáticas… no gané ninguna pero ellas se pusieron súper contentas.
Mientras jugaba vi como mis amigos se fueron uno a uno para los corros de personas que había y empezaron con su magia. Ellos hacían que los mayores “se desenchufaran” por un momento tapándoles los ojos, los oídos, solo querían abrazarlos y que sintieran sus propios corazones, nada más.
Luego hablaban un poco con ellos, se levantaban y se iban con otras personas. Los mayores, cuando se quedaban solos, algunos lloraban y otros reían. A una abuela le escuché decir que estaba reconfortada pero no sé muy bien qué significa eso.
Ya sabía yo que era el momento de nuestra misión, como le llamaban mis amigos, pero no pude aguantarme y me hice tres carreras en un pasillo larguísimo lleno de trastos con dos niñas muy simpáticas… no gané ninguna pero ellas se pusieron súper contentas.
Mientras jugaba vi como mis amigos se fueron uno a uno para los corros de personas que había y empezaron con su magia. Ellos hacían que los mayores “se desenchufaran” por un momento tapándoles los ojos, los oídos, solo querían abrazarlos y que sintieran sus propios corazones, nada más.
Luego hablaban un poco con ellos, se levantaban y se iban con otras personas. Los mayores, cuando se quedaban solos, algunos lloraban y otros reían. A una abuela le escuché decir que estaba reconfortada pero no sé muy bien qué significa eso.
Me quedé mirando como hacían “La Misión” y escuchándoles decir cosas como “no tengas miedo” y “ya llega la Paz”. Estaba tan hipnotizado que no me di cuenta de que dos de mis amigas me llamaban y no me encontraban, estaban preocupadas.
Corriendo me fui a buscarlas y casi me comen a besos… ¡ni que fuera a irme volando! Me gustó que me echaran de menos porque durante un ratito pararon y jugaron conmigo, me hicieron cosquillas y me lanzaron al aire. Echaba de menos volar porque eso de tener que ir andando a todas partes era muy lento y un poco aburrido.
Me quedé mirando como hacían “La Misión” y escuchándoles decir cosas como “no tengas miedo” y “ya llega la Paz”. Estaba tan hipnotizado que no me di cuenta de que dos de mis amigas me llamaban y no me encontraban, estaban preocupadas.
Corriendo me fui a buscarlas y casi me comen a besos… ¡ni que fuera a irme volando! Me gustó que me echaran de menos porque durante un ratito pararon y jugaron conmigo, me hicieron cosquillas y me lanzaron al aire. Echaba de menos volar porque eso de tener que ir andando a todas partes era muy lento y un poco aburrido.
Me dijeron que me fuera con ellas pero alguien estaba cantando una canción y las animaron a bailar junto a los demás. Se pusieron a dar vueltas y sus vestidos volaban como si fueran alas. Todos nos quedamos mirándolas porque era muy bonito.
Algo estaba cambiando, la gente empezaba a sonreír y poco a poco se veían más personas felices.
No entiendo por qué los mayores no pueden ser así siempre y se meten en tantos problemas y hacen cosas que los niños nunca haríamos… ellos también han sido niños.
Al mirar a mis amigos abrazándolos es como si una magia hiciera que todo lo feo de ser mayor se borrara y volviera a salir la luz de niño que cada mayor guardaba dentro. Pero nosotros no hacíamos magia, solo éramos luz, todos los niños lo son, solo que a veces nos tapan y no nos dejan salir.
Me dijeron que me fuera con ellas pero alguien estaba cantando una canción y las animaron a bailar junto a los demás. Se pusieron a dar vueltas y sus vestidos volaban como si fueran alas. Todos nos quedamos mirándolas porque era muy bonito.
Algo estaba cambiando, la gente empezaba a sonreír y poco a poco se veían más personas felices.
No entiendo por qué los mayores no pueden ser así siempre y se meten en tantos problemas y hacen cosas que los niños nunca haríamos… ellos también han sido niños.
Al mirar a mis amigos abrazándolos es como si una magia hiciera que todo lo feo de ser mayor se borrara y volviera a salir la luz de niño que cada mayor guardaba dentro. Pero nosotros no hacíamos magia, solo éramos luz, todos los niños lo son, solo que a veces nos tapan y no nos dejan salir.
Nos fuimos uniendo poco a poco, la Misión estaba terminando y estábamos cansados. Había una mamá que lloraba sin parar, era la mamá de las niñas con las que jugué a las carreras cuando llegué. Creo que lloraba porque el papá se había marchado y le echaba de menos y las niñas también.
Una de mis amigas le dijo al oído que mientras volaba hacia allí lo había visto regresando con un montón de gente y que iban gritando algo como que “la guerra ya había terminado”. La Guerra, que nombre tan feo, no me gusta nada, mi nombre es más bonito, nadie se llama Guerra y eso será por algo digo yo…
Se pusieron a hacerles trenzas en el pelo (les encantaban hacer trenzas, a mí también me las hacían) y le dieron un beso de esos que sientan a manta calentita en un día de tormenta.
Nos fuimos uniendo poco a poco, la Misión estaba terminando y estábamos cansados. Había una mamá que lloraba sin parar, era la mamá de las niñas con las que jugué a las carreras cuando llegué. Creo que lloraba porque el papá se había marchado y le echaba de menos y las niñas también.
Una de mis amigas le dijo al oído que mientras volaba hacia allí lo había visto regresando con un montón de gente y que iban gritando algo como que “la guerra ya había terminado”. La Guerra, que nombre tan feo, no me gusta nada, mi nombre es más bonito, nadie se llama Guerra y eso será por algo digo yo…
Se pusieron a hacerles trenzas en el pelo (les encantaban hacer trenzas, a mí también me las hacían) y le dieron un beso de esos que sientan a manta calentita en un día de tormenta.
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