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Los faldones de bautizo son una prenda tradicional que, por lo general, se hereda entre hermanos, y de padres a hijos. Siempre de una generación a otra.
El vestido de cristianar tiene su origen en el paño bordado con el que se envolvía a los niños cuando los bautizos se realizaban por inmersión. Una práctica cristiana que se desarrolló hasta el siglo XVII.
Otra de las piezas que compone un traje de cristianar es, además del faldón, la capota. La capota cubre la cabeza del bebé, y simboliza la llegada del Espíritu Santo. Éste se representa con una paloma en las imágenes del bautizo.
Fue desde finales del siglo XVIII cuando los bebés comenzaron a llevar faldón y, poco a poco, el color blanco se convirtió en el preferido para estas prendas.
En toda familia real o aristócrata que se precie, los vestidos de bautismo se guardan durante generaciones como oro en paño. Suelen ser faldones elaborados con algodón de batista y refinados encajes y como complementos, los bebés suelen llevar capotas a juego y capa.
Es una de sus tradiciones más extendidas y los bautizos reales más recientes confirman que esta práctica sigue estando completamente vigente.
El faldón original de la familia Real Británica fue encargado por la reina Victoria en 1840 para su primer hijo. Después de él, lo llevaron 62 bebés más, incluidos 6 reyes británicos. El último en llevar el original fue Lady Louise Windsor en 2004.
Gracias al libro The Other Side of the Coin: The Queen , the Dresser and the Wardrobe que acaba de publicar Angela Kelly, modista personal de la Reina Isabel, se ha conocido el truco que ha hecho que los bebés de la familia Windsor luzcan espectaculares en sus bautizos y muy parecidos a sus ancestros de hace 175 años.
En 2004, dado el estado de deterioro en que se encontraba la pieza original cuando la Monarca encargó a su costurera de confianza que hiciera una copia de este histórico traje con encaje de Honiton y lazos con satén blanco.
Para conseguir su característico color- entre el beige y el vainilla- la avezada modista cuenta que fue teñido en té de Yorkshire para conseguir el tono perfecto. En su libro, Angela Kelly relata que viajó hasta Italia para obtener el encaje y que en ese viaje también llevó el original en su bolso. A su regreso a Gran Bretaña, y con la ayuda de Barbara Buckfield, comenzó a recrearlo. “Para asegurarnos de que se viera auténtico, lo teñimos en té de Yorkshire, el más fuerte como todos sabemos”, “Colocamos cada pieza de encaje en un tazón pequeño, lleno de agua fría y una bolsita de té y lo dejamos durante cinco minutos, comprobando con regularidad que el color fuera perfecto”.
Una vez acabada, la copia del faldón fue estrenada en 2008 por James, vizconde Severn e hijo de los condes de Wessex, y ha aparecido en cada bautizo real desde entonces.
De una época similar data el vestido de bautismo de la familia real holandesa. El faldón que llevaron las hijas de la reina Máxima y del rey Guillermo data de 1817 año en el que fue bautizado el príncipe Willem.
Casi un siglo más tarde, se diseñaba el vestido que llevan los bebés de la familia real sueca durante su bautizo. En 1906 se encargó un faldón de algodón de batista y encajes para el bautizo del príncipe Gustaf Adolf.
El vestido de bautismo de la familia real española también tiene su origen a mediados de 1900. La primera vez que se utilizó fue para vestir al Rey Don Juan Carlos el día de su bautizo. Fue el 26 de enero de 1938 en Roma, en la capilla de los Caballeros de la Orden de Malta.
Después de 35 años, la Infanta Elena fue vestida con el mismo traje en su bautizo. Fue en el Palacio de la Zarzuela en 1963. Tras el bautizo de la infanta Elena, siguieron el de la Infanta Cristina, en 1965. Y el del príncipe Felipe, en 1968.
Las últimas en utilizarlo han sido las infantas Leonor y Sofía, bautizadas en el Palacio de la Zarzuela con aguas traídas del río Jordán, como es tradición.
El traje de cristianar de los Borbón es una de las reliquias mejor conservadas de la Familia Real. Está hecho con hilo beige, cintas de raso, encajes y puntillas bordadas a mano.
En Hortensia Maeso siempre hemos destacado por vestir a los mas pequeños de la casa en sus grandes eventos, y ¿Qué hay mas especial que dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia y vestirlo el día de su bautizo?
#HortensiaMaesoBaby!👶🏻 coge forma durante el confinamiento. ¿Recordáis nuestros mensajes acerca de la sostenibilidad? Pues esta colección cápsula representa parte de dicha sostenibilidad, el #MadeNear, piezas exclusivas confeccionadas una a una, representando el #SlowFashion, manos artesanales que dan forma a series limitadas, alejándonos de las grandes cadenas de producción que generan grandes stocks y repercuten negativamente en el medio ambiente.
Hemos disfrutado mucho en el proceso creativo, trasladando el ADN de Hortensia Maeso al universo de la ropa de bebé.
Los faldones de bautizo deben considerarse pequeñas obras de arte que representan una bonita tradición de las familias españolas y que están pensados para formar parte de sus historias pasando a vestir a sus bebés generación tras generación.
Todas nuestras propuestas, cuentan con su capota a juego para ofrecerte el look completo a la hora de vestir a los bebés de la casa.
No hay una compra mas especial que esta, cuando de ropa se trata. Será su primera puesta de largo, el día de su presentación. Estas prendas pasarán a formar parte de su historia, tan grande o mas que la de las familias reales con las que empezábamos este post.